El lugar del discurso en la danza contemporánea: descripción, compresión y acción

Artículo publicado en el sitio Segunda cuadernosdedanza.com.ar (vínculo)



En lugar de la hermenéutica, necesitamos una erótica del arte”1


¿Será un problema describir lo qué es, contiene y constituye mínimamente una obra de danza contemporánea? El texto-centrismo nos tiene sumidos a permanecer por debajo de las artes dramáticas, más la fungibilidad de la obra de danza, no se ha establecido un lugar estable para esta disciplina dentro de la crítica de arte, de la filosofía, del museo o de la guía de espectáculos, etc. Aún así, el espectáculo espectacular, la danza jazz, el musical o el cabaret, por nombrar ejemplos de danzas que centran su objetivo en la forma más que en el contenido o concepto, en el efecto por sobre el significado, es una manifestación que congrega público, es atrayente y ha sido fórmula vendible en televisión. Entonces tenemos que, la experticia técnica es cotizada; junto con un resultado, no tanto empírico, sino que permanezca en el tiempo, como es el caso del texto dramático.

La experiencia de la danza contemporánea de estar por fuera al remitirse de forma primigenia a cuestiones no racionales o no culturales, prueba su disgregación, aunque no es esto el único resultado trascendente que arroja un análisis posible respecto de la danza contemporánea como fenómeno, siendo que ya el uso del término proviene del mal llamado primer mundo, posicionándonos dentro de parámetros ideológicos que no nos corresponden, aún cuando en efecto la práctica exista y goce de una tradición propia en nuestro continente, experiencia que se repite en casi todos los aspectos de nuestra vida como aparatos que la organizan. Aparatos ideológicos por una parte, y represivos por otra, como organización política de la sociedad latinoamericana, de cada estado y cultura. La interpretación es un interfaz que deliberadamente nos pertenece; mas todo es ideología, desde que el lenguaje nos interpela (Althusser, 1969), no hay condecoración abstracta en el ser humano, sino primeramente y de forma arbitraria, el lenguaje.

¿De qué hablaría entonces la danza contemporánea? Sin ánimo de delimitar estilos, la manifestación de la danza contemporánea se asimila bajo la experiencia y respecto del dispositivo que instala, generando decodificaciones espontáneas y variables en cada espectador. Cuando la obra utiliza el lenguaje como dispositivo se comprende su significado a partir de la estructura de un enunciado performativo: la locución (emisión) varia en su ilocusión (fuerza de emisión) para constituir y crear su perlocución (efectos). Se propicia una decodificación del lenguaje, pero su uso modifica el significado, desviando la atención sobre el sentido de la palabra, hacia las condiciones de su emisión.
No podríamos aseverar que esto solo ocurre desde y en la danza contemporánea, es también propio y parte del teatro físico, teatro posdramático y la fotografía por ejemplo, el utilizar el recurso de palabras que aíslan el sentido de una narración.
Estas condiciones de emisión recalcan la experiencia como ejercicio fundamental de la relación de la obra escénica con el espectador, trayendo a colación el conflicto descriptivo, sea o no una falacia. Aún cuando definir una ontología puede ser deliberadamente escoger conceptos que a partir de una consecución lógica de argumentos que se convierten en verdades, la descripción constatativa tanto como performativa de la realidad, el cómo se hace lo que se hace, que inaugura Paulina Mellado (2008) en su primera publicación, se encuentra atravesado por una decisión estética que pocas veces ha sido sistematizada. La técnica de la danza contemporánea, el cómo, plantea una discusión en relación a la experticie -más que estética o compositiva- del ejecutante de la disciplina. Entonces, más que describir la experiencia de la obra, para la teoría de la danza contemporánea se hace necesario plantear que se toman en este acto de habla. El uso del lenguaje en una obra, no problematiza ni el estilo, ni el estar dentro o fuera de la danza contemporánea; como materialidad ya se encuentra tan disponible como el solo movimiento del cuerpo, pues entendemos que la interpretación de la realidad no puede obviar la dialéctica entre lenguaje y acción. La acumulación de experiencias, imágenes, sonidos y enunciados demuestra que la comprensión humana se constituye por una simultaneidad de significados que ha aumentado su frecuencia en los últimos cuarenta años. Es entonces que proponer un espacio de compresión humana se limita al contexto particular en que acaece.
Lo performativo o performático no es calificativo de la performance, sino más bien forma parte de los medios de interpelación a través de los cuales nos relacionamos hoy en día. Las huellas que deja el sentido del lenguaje en los sujetos, es información que deviene en agencias (Butler, 1997, 2002, 2007, 2011), eslabones que permiten la compresión en las culturas. Agencia, es la noción que se crea en tanto un discurso activamente suscita una norma, es decir, toma parte la teoría performativa del discurso y de la acción: al decir algo, hago algo, que producirá ciertos efectos en quienes escuchan, dadas ciertas condiciones para que ese acto de habla sea afortunado (Austin, 1982). Podemos ver reflejada la agencia al abordar el significado de un discurso desde la dimensión identitaria que arroja respecto de un sujeto o varios, se activa gracias a un tiempo, contexto y cultura, pero delimitada allí, en ese momento, después ya es otra. La identidad muta, o sería más fácil decir, la identidad es ya una falacia.
¿Será desafortunado juzgar la validez de la danza contemporánea a partir de una perspectiva netamente teórica? Más bien esta condición llama la atención por parte de quienes le otorgamos tiempo y queremos reflexionar desde ella. Por ahora invito a reflexionar la obra a partir de esta estructura, pues proponer su sistematización no necesariamente limitará una experiencia, desde la condición finita del lenguaje, sino que proporciona nuevas agencias, que escogidas, propician transformaciones en la práctica que es necesario atravesar.


Referencias Bibliográficas

Althusser, L. (1969) Ideología y aparatos ideológicos de Estado, Freud y Lacan. Recuperado de: http://www.philosophia.cl
Austin, J. (1982) Cómo hacer cosas con palabras: Palabras y acciones. Recuperado de: http://www.philosophia.cl/
Butler J. (1997) Lenguaje, poder e identidad (1a.ed.) Madrid, España: Sintesis.
(2002) Cuerpos que importan. Sobre los límites materiales y discursivos del “sexo” (1a.ed.) Buenos Aires, Argentina: Paidós.
(2007) El género en disputa. El feminismo y la subversión de la identidad (1a.ed.) Barcelona, España: Paidós.
(2011, abril 06) Sexual Consent: Some Reflections on Psychoanalysis and Law. Seminario Foucault para el psicoanálisis. Santiago, Chile: Escuela de Psicología, Instituto de Humanidades, Universidad Diego Portales.
(2011, abril 07) Conferencia: The Right to Appear: Toward a New Politics of the Street. Santiago, Chile: Escuela de Psicología, Instituto de Humanidades, Universidad Diego Portales.
Mellado, P. (2008) Por qué, cómo y para qué se hace lo que se hace. Reflexiones en torno a la composición coreográfica (1a.ed.) Santiago, Chile: Ed. Hübner, L. Cia. Pe Mellado Danza. Sala Santa Elena.
Rodríguez, L. (2009) Acción y mundo en Hannah Arendt. Recuperado el 18 de mayo de 2011, del sitio Web del Servicio de Publicaciones de la Universidad de Murcia: http://congresos.um.es/ahha/ahha2009/paper/view/6501
(2011) Fenomenología y política en el pensamiento de Hannah Arendt. Investigaciones Fenomenológicas, vol. monográfico 3, Fenomenología y política. Recuperado de: http://www.uned.es/dpto_fim/invfen/Inv_Fen_Extra_3/indice.html
Searle, J. (2001) Actos de Habla (5a.ed.) Madrid, España: Cátedra.
Sontag, S. (2008) Contra la interpretación (1a.ed.) Buenoa Aires, Argentina: De Bolsillo.
1Sontag, S. (2008) Contra la interpretación (1a.ed.) Buenoa Aires, Argentina: De Bolsillo.

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